Crónica del Athletic-Mirandés
Ambientazo el que se presento la
noche del martes 7 de febrero, entre el athletic club vs el mirandés en el
partido de vuelta de la semifinal de la copa del rey ante unos 40.000
espectadores que tenia un aproximado de
1000 seguidores del equipo visitante, en los instantes del juego, el capitán
del mirandés, pablo infante, llevo a
cabo la tradicional ofrenda floral que llevan a cabo todos los equipos que
juegan por primera vez en la catedral. El
Athletic salió con todo para enfrentar al pequeño equipo del mirandés.
La catedral disfruto de un
espectáculo de futbol por lo que propusieron los 2 equipos y los goles que hubo
en el encuentro.
El equipo local salió con su
habitual uniforme de local, mientras que el mirandés salió con un uniforme
especial para el partido que iban a diputar.
El partido empezó muy parejo los
2 equipos llegaban, pero hasta el minuto 11 el equipo local se adelanto por
medio muniain, el partido se inclino un
poco hacia el equipo local, que se volvió a adelantar en el minuto 14 por medio susaeta, ya el athletic
toma las riendas del juego y sigue dominando el juego ante el humilde mirandés
que trata de hacer lo que más puede. En el minuto 22 el athletic vuelve a
marcar por medio aurtenetxe y deja casi sentenciado el encuentro apenas en la
primera parte del encuentro, ante muchas llegadas de el athletic y las pocas llegadas
del mirandés, culminaba la primera para del
encuentro, con resultado a favor del local de 3 0.
El segundo tiempo comenzó un poco
más tranquilo por parte de los locales, por el resultado que lo tranquilizaba
un poco y lo tenía ya casi en la final.
Pero el mirandés no se iba a rendir y
salió a buscar un gol para recortar el resultado y logra conseguir en el minuto
57 por medio de Aitor blanco, subiendo
el ánimo del equipo visitante y colocarse en busca del 2 gol, el mirandés se
encontraba tocando bien la pelota, pero una equivocación en el medio campo del
equipo mirandés le permite al jugador Llorente encarar al portero y
definir UN ESPECTACULAR GOOLL en el
minuto 71, que deja más que definida la eliminatoria 4-1.
Pero el athletic no se conformaba
y menos el jugador Llorente y por medio de un centro pone el 5to en el minuto
75, colocando el encuentro 5 – 1. El partido no acabaría hay, al minuto 86
aitor blanco pone el 2 de la visita y logrando su doblete, colocando el
encuentro 5-2, pero para mala suerte el equipo de la visita por medio de caneda
mete un gol en propia puerta al minuto 88, para colocar el resultado 6-2, ya con este resultado culminaría el
encuentro, dejando por fuera al digno equipo mirandés que se va como un equipo
luchador que peleo hasta el final y clasificando al athletic de Bilbao a la
final, que esperara por el ganador de la llave entre el FC Barcelona y el
valencia CF que llevaran a cabo el encuentro de vuelta el miércoles 8 de
febrero en la ciudad de Barcelona, que vera cual va a hacer el rival del
athletic de Bilbao en la final.
ENHORABUENA Athletic de Bilbao,
ENHORABUENA Mirandés por ser un gran luchador.
ATHLETIC DE BILBAO: Iraizoz, Iraloa, Javi Martínez, Amorebieta,
Aurtenetxe, Iturraspe ( San josé, min 58), De Marcos, Herrera (íñigo Pérez, min
74), Susaeta, Llorente y Muniain (David López, min 77)
CD MIRANDÉS: Nauzet, Garmendia, César Caneda, Aitor blanco, Aitor blanco,
Raúl gracía, Mujika, Irribas( Borrell, min 55), Martins( Garro, min 68), Pablo
infante, Alain (Muneta, min 46) y Lambarri.
Resultado final: Athletic de Bilbao 6 – 2 Mirandés
Crónica del Barcelona-Valencia
Ante todo, pedimos disculpas a nuestros lectores por la tardanza en poner la crónica del Barcelona-Valencia que terminó con 2 goles a cero a favor del Barcelona. Ninguno de los bloggers pudimos ver el partido, por lo que no podemos redactar nuestra propia crónica. En su lugar publicamos la que en su día publicó el diario As. Sentimos las molestias que pueda ocasionar.
El arranque del Valencia fue soberbio. Presionó la salida del Barça como pocos lo han hecho hasta la fecha durante tanto tiempo seguido. Tuvo la posesión más de lo que hubiera imaginado y así se plantó ante Pinto con dos ocasiones de oro. Primero tras una falta a la olla que Aduriz peinó a la búsqueda, sin éxito, de un rematador final. Y después con un mano a mano que Feghouli envió al lateral de la red con más fuerza que calidad. Fueron quince minutos de superioridad manifiesta. Pero para el Camp Nou pareció un mundo en el que, de nuevo, los más agoreros alimentaron sus ansias de degustar un fin de ciclo. Tan solo fue un espejismo. Un mal trago que duró lo que quiso Messi. La Pulga no está lo bien que suele. Pero, aun así, a un nivel de acierto inferior del suyo sigue estando por encima del resto.
El argentino se desperezó en el momento oportuno. Se descolgó de la posición donde jamás le llegaba el balón para ir a buscarlo. No sabe vivir sin él. En su primer contacto con su inseparable juguete, regaló un pase al hueco a Cesc que no podía desaprovechar. Antes del remate, sutil y con la puntera por encima de Alves, pudo pasar de todo. Desde que Miguel, de no estar tan lento, cortara de raíz su cabalgada hasta que el portero hiciera bien sus deberes, sin quedarse a medio camino entre guardar la cueva o intimidar al enemigo. Ambos fracasaron y el Barça se adelantó. 1-0: bonito, inesperado e injusto.
Como injusto fue que tras este mazazo para el Valencia, no le lloviera media docena más. El Barça adelantó la línea de asfixia diez metros y tanto Rami como Víctor Ruiz se vieron sobrepasados. Ninguno daba abasto a achicar balones. Albelda y Banega hacían lo que podían, pero ya se sabe, Guardiola acumula en la medular más centrocampistas de los que caben, y por ahí se inicia siempre el ciclón. Cesc pudo hacer el segundo un par de veces y erró. No quiso sentenciar a Víctor Ruiz tras un regalo en su intención de sacarla jugada y tampoco supo finalizar un eslalon maravilloso. Alves es mucho Alves. Cuenca y Messi también se estrellaron contra los poderes del brasileño dejando de manifiesto que el problema culé está siendo no cerrar los partidos como antaño.
Más sustos para el Camp Nou
Por eso el Valencia llegó al segundo tiempo con vida. Y por eso Jordi Alba volvió a tener otra oportunidad de poner la eliminatoria cuesta abajo. El lateral, soberbio, se valió de su chispa para dejar atrás a Puyol y encarar a Pinto. El portero ganó la partida, sacó su remate, el cabezazo de Aduriz en la continuación y más de una espina. Su afición le premió con otra ovación antidetractores. El Valencia no estuvo fino en la definición cuando pudo y debió, y le costó una final. Messi volvió a coger el timón y si no sentenció la eliminatoria volvió a ser por Alves. Otra vez. El guardameta amplió su exhibición sacando otro mano a mano y un punterazo cargado de veneno. Diez minutos después pidió penalti en otro desafío frente a Alves que acabó sin gol.
El 1-0 no dejaba tranquilo a nadie. El Valencia siguió buscando la prórroga y el Barça la sentencia. Xavi la encontró en una de esas contras de libro, que parte en una banda y muere en la opuesta. Su derechazo batió, por fin, a Alves. Por la escuadra. El único rincón al que sólo se llega de vez en cuando en la vida. La celebración, lejos de emular un alivio o un festejo por lograr otra final más, pudo tener otra lectura. Por las caras. Por los gestos. "Hemos vuelto", parecieron decir el capitán y compañía. Con todo lo que ello conlleva.
Crónica del Barcelona-Valencia
Ante todo, pedimos disculpas a nuestros lectores por la tardanza en poner la crónica del Barcelona-Valencia que terminó con 2 goles a cero a favor del Barcelona. Ninguno de los bloggers pudimos ver el partido, por lo que no podemos redactar nuestra propia crónica. En su lugar publicamos la que en su día publicó el diario As. Sentimos las molestias que pueda ocasionar.
El arranque del Valencia fue soberbio. Presionó la salida del Barça como pocos lo han hecho hasta la fecha durante tanto tiempo seguido. Tuvo la posesión más de lo que hubiera imaginado y así se plantó ante Pinto con dos ocasiones de oro. Primero tras una falta a la olla que Aduriz peinó a la búsqueda, sin éxito, de un rematador final. Y después con un mano a mano que Feghouli envió al lateral de la red con más fuerza que calidad. Fueron quince minutos de superioridad manifiesta. Pero para el Camp Nou pareció un mundo en el que, de nuevo, los más agoreros alimentaron sus ansias de degustar un fin de ciclo. Tan solo fue un espejismo. Un mal trago que duró lo que quiso Messi. La Pulga no está lo bien que suele. Pero, aun así, a un nivel de acierto inferior del suyo sigue estando por encima del resto.
El argentino se desperezó en el momento oportuno. Se descolgó de la posición donde jamás le llegaba el balón para ir a buscarlo. No sabe vivir sin él. En su primer contacto con su inseparable juguete, regaló un pase al hueco a Cesc que no podía desaprovechar. Antes del remate, sutil y con la puntera por encima de Alves, pudo pasar de todo. Desde que Miguel, de no estar tan lento, cortara de raíz su cabalgada hasta que el portero hiciera bien sus deberes, sin quedarse a medio camino entre guardar la cueva o intimidar al enemigo. Ambos fracasaron y el Barça se adelantó. 1-0: bonito, inesperado e injusto.
Como injusto fue que tras este mazazo para el Valencia, no le lloviera media docena más. El Barça adelantó la línea de asfixia diez metros y tanto Rami como Víctor Ruiz se vieron sobrepasados. Ninguno daba abasto a achicar balones. Albelda y Banega hacían lo que podían, pero ya se sabe, Guardiola acumula en la medular más centrocampistas de los que caben, y por ahí se inicia siempre el ciclón. Cesc pudo hacer el segundo un par de veces y erró. No quiso sentenciar a Víctor Ruiz tras un regalo en su intención de sacarla jugada y tampoco supo finalizar un eslalon maravilloso. Alves es mucho Alves. Cuenca y Messi también se estrellaron contra los poderes del brasileño dejando de manifiesto que el problema culé está siendo no cerrar los partidos como antaño.
Más sustos para el Camp Nou
Por eso el Valencia llegó al segundo tiempo con vida. Y por eso Jordi Alba volvió a tener otra oportunidad de poner la eliminatoria cuesta abajo. El lateral, soberbio, se valió de su chispa para dejar atrás a Puyol y encarar a Pinto. El portero ganó la partida, sacó su remate, el cabezazo de Aduriz en la continuación y más de una espina. Su afición le premió con otra ovación antidetractores. El Valencia no estuvo fino en la definición cuando pudo y debió, y le costó una final. Messi volvió a coger el timón y si no sentenció la eliminatoria volvió a ser por Alves. Otra vez. El guardameta amplió su exhibición sacando otro mano a mano y un punterazo cargado de veneno. Diez minutos después pidió penalti en otro desafío frente a Alves que acabó sin gol.
El 1-0 no dejaba tranquilo a nadie. El Valencia siguió buscando la prórroga y el Barça la sentencia. Xavi la encontró en una de esas contras de libro, que parte en una banda y muere en la opuesta. Su derechazo batió, por fin, a Alves. Por la escuadra. El único rincón al que sólo se llega de vez en cuando en la vida. La celebración, lejos de emular un alivio o un festejo por lograr otra final más, pudo tener otra lectura. Por las caras. Por los gestos. "Hemos vuelto", parecieron decir el capitán y compañía. Con todo lo que ello conlleva.
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